Mañana, celebramos el Día de las Madres; un día para dar gracias a Dios por todas las madres, aquellas que continúan cuidándonos y aquellas que se han ido de esta vida hacia Dios. También damos gracias a Dios por las madres que adoptaron niños y por aquellas personas que actúan como madres cuando necesitamos conocer la bondad y la presencia de una madre.
El Papa Francisco dijo una vez, “Una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, ya que las madres siempre, incluso en los peores momentos, dan testimonio de ternura, dedicación y fuerza moral. Queridas madres, gracias, gracias por lo que son en la familia y por lo que dan a la Iglesia y al mundo”. Invocando la intercesión de nuestra patrona, Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, confiamos a todas las madres a la buena providencia de Dios, para que les conceda el valor fiel que necesitan para caminar con sus hijos a través de vidas de gozo y de retos.