Al comenzar mi servicio como Obispo de Austin, me siento conmovido por la fe y la generosidad que he presenciado en nuestra diócesis. Con este mismo espíritu, los invito a participar en el próximo Llamado Para Los Servicios Católicos (CSA por sus siglas en ingles), que comienza el fin de semana del 25 y 26 de octubre. Sus oraciones y su apoyo financiero son vitales para brindar programas y servicios a miles de personas en el centro de Texas. También quiero agradecerles sinceramente a todos los que hicieron una generosa ofrenda al llamado del año pasado. ¡Logramos una tasa de participación récord y recaudamos $8 millones, superando nuestra meta de $6.6 millones!
El tema del CSA de este año — “Juntos brindamos esperanza” — es un poderoso recordatorio del impacto que podemos tener cuando nos unimos en la misión de Cristo. Nuestra meta este año es recaudar un mínimo de $7 millones para financiar nuestros ministerios fundamentales. Al contribuir al CSA, demostramos nuestro profundo compromiso con los dos mandamientos más importantes: amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Estos mandamientos son el fundamento de la misión de caridad y evangelización del CSA
En los Hechos de los Apóstoles, leemos que “La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo tenían en común.” (Hechos 4:32). Con este mismo espíritu de unidad, Cristo nos llama a cada uno de nosotros, con nuestros dones únicos, a compartir en una misión en común de conocer, amar y servir a los demás a través de él.
Junto con muchos otros, su contribución al CSA es esencial para continuar ofreciendo más de 100 ministerios y programas a través de toda la Diócesis de Austin. Nuestras escuelas católicas, nuestros seminaristas, centros de ministerio universitario, sacerdotes de mayor edad y jubilados, Caridades Católicas, y muchos ministerios parroquiales dependen de su generosidad.
Los animo a que se tomen el tiempo de leer y comprender los materiales del CSA que han sido enviados recientemente a sus hogares por correo para comprender el impacto que su donación al CSA tendrá en sus vecinos aquí en el centro de Texas. Les pido que después consideren en oración cómo es que Dios los llama a compartir sus bendiciones a través de este llamado.
Demos gracias a Dios por las muchas bendiciones que nos ha concedido y dejemos que esa gratitud nos inspire a dar con alegría. Encomendemos este llamado a la intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, pidiéndole que nos acerque cada vez más a su Hijo y a su obra salvadora.
Agradecidamente en Cristo, Monseñor Daniel E. Garcia Obispo de Austin