¡Gracia y paz para ustedes en el nombre de nuestro Señor, Jesucristo!
Ha sido un mes de bendiciones desde mi instalación, y les escribo con un corazón lleno de gratitud y alegría mientras comienzo mi ministerio como Obispo de Austin. Desde el momento de mi nombramiento, he sentido sus oraciones, su apoyo, y su cálida bienvenida y estoy profundamente conmovido por la fe y la generosidad de la gente de esta diócesis. Gracias por recibirme con tanta amabilidad.
Me siento honrado por la responsabilidad que se me ha confiado, y estoy ansioso por guiarlos como su pastor con amor, fidelidad, y esperanza. Mientras caminamos juntos en el camino de la fe, oro por que crezcamos cada vez más unidos en el Cuerpo Místico de Cristo y porque nuestro testimonio compartido del Evangelio sirva para continuar brindando su luz.
Espero con ansia visitar las parroquias, escuelas, y ministerios universitarios, conocerlos a ustedes, escuchar sus historias, y caminar con ustedes mientras que, juntos, guiados por el Espíritu Santo, continuamos construyendo el Cuerpo de Cristo.
Por favor, manténganme en sus oraciones, como los mantengo yo en las mías. Que nuestra Santísima Madre y todos los santos intercedan por nosotros mientras juntos comenzamos este nuevo capítulo.