Mientras nos preparamos para celebrar la festividad del Día de Acción de Gracias, demos gracias por la presencia de nuestros seres queridos y con quienes compartimos la vida, y especialmente por el Dios de toda la creación que nos invita a su mesa y su banquete.
Que este día sea más que solo un momento en la mesa. Que sea el comienzo de nuestra renovación personal que nos permita caminar juntos para vivir una vida de generosidad y servicio, de manera que siempre reconozcamos las bendiciones derramadas cada día sobre nosotros. Jamás olvidemos a quienes sufren necesidad, cuyas mesas están vacías, cuyas vidas son impactadas por la guerra, hambre, e incertidumbre económica. También recordemos a los que ya no se encuentran físicamente entre nosotros. Aunque no los veamos como desearíamos, su presencia espiritual siempre estará con nosotros.
Hoy, seamos agradecidos al esforzarnos por ser mensajeros de esperanza para todos aquellos con quienes nos encontramos. Les deseo un bendecido Día de Acción de Gracias y oro por que este día esté lleno de su gracia.