El domingo celebramos a nuestros padres. Al honrarlos, damos gracias a Dios por el importante papel que desempeñan en la formación de sus hijos en la fe.
En el Día del Padre, oremos para que todos los padres sigan dedicados a su sagrada vocación y perseveren en la fe en su trabajo, sus retos, sus sacrificios y otras cargas y responsabilidades. Que San José, que acogió su papel de esposo, padre y protector de la Sagrada Familia, sea un ejemplo de valentía, confianza y humildad para todos los hombres.
También recordamos en nuestras oraciones a los padres que han cumplido su trabajo en la tierra y que ahora descansan en paz con el Padre de todos nosotros, nuestro Dios amoroso.
Que, a través de la intercesión de San José, Dios siga acompañando y guiando a todos los padres en sus alegrías y penas, para que puedan dar testimonio de su amor incondicional por nosotros.